VIVA LA LIBERTAD CARAJO
VIVA LA LIBERTAD CARAJO
Fusilamiento de liberales por el ancien régime
El triunfo de Javier Milei en las primarias de Argentina no
sólo es una alegre esperanza de la llegada de la libertad a la machacada
Hispanoamérica, es también un motivo de reflexión sobre distintos aspectos. Uno
de ellos es la forma en la que la prensa española ha recogido el acontecimiento.
Javier Milei es un personaje carismático, con patillas y
algo de melena de roquero y un desenfadado slogan político que dice “Viva la
libertad carajo”, se ha convertido en muy poco tiempo en un verdadero fenómeno
de masas, hasta encabezar los resultados de las elecciones primarias celebradas
recientemente en su país. Profesor de economía y asesor económico de
importantes foros, sus propuestas se enmarcan dentro de lo que se llama el
ultra liberalismo; podría decir que es una suerte de liberalismo libertario.
Dada la forma de hablar que tiene, clara, directa,
entendible y sencilla cuesta creer que la prensa española haya utilizado una
amplia variadad de calificativos para informar de su victoria. Se le ha llamado
ultra liberal, anarco capitalista, outsider histriónico y, como no, ultraderchista o ultraderecha; que
es lo que dicen cuando quieren ocultar algo que puede resultar atractivo para
la opinión pública como es el liberalismo.
Los términos derecha e izquierda en sí mismos, a parte de un
lugar o lado, no significan nada. Tienen su origen en la Convención Nacional
Francesa, en cuya sala colocaron en el lado derecho a los girondinos y en el
izquierdo a los jacobinos. A partir de ahí los partidos y prensa de lo que
llamamos izquierdas lo utilizan con un doble objetivo. Por un lado evitar que
se utilicen palabras de triste recuerdo para la humanidad como comunismo o
socialismo. Y, a su vez vaciar de ideología liberal a sus contrincantes
atribuyendo a la palabra derecha (a ese lugar político) una cierta proximidad
al fascismo, cuando este siempre ha
tenido más semejanzas con el socialismo que con cualquier otra propuesta
política. El mismo peronismo argentino tan querido por nuestros socialistas y comunistas no era otra cosa que un fascismo como el del propio Musolini.
Tras el fracaso del socialismo, representado en la caída del
muro de Berlín, las denominadas izquierdas sustituyen su ideología fracasada
por pequeños dogmas que lanzan, con éxito por cierto, a la población con el
objetivo de clasificarla y encasillarla buscando un enemigo al que abatir
debido a su supuesta maldad. Pero su deseo real es el mismo de siempre,
alcanzar el poder. Hoy en día la disputa social se libra entre estatismo y
liberalismo. No entre estatismo y fascismo, no.
Hace ya tiempo que el escritor y periodista norteamericano
Walter Lippmann, definió «la enfermedad de una sociedad sobregobernada. Cambia
la antigua fe por el ejercicio de un poder ilimitado por parte de hombres con
mentes limitadas y prejuicios egoístas que pronto se vuelve opresivo,
reaccionario y corrupto. Pasa de la creencia de que la condición misma del
progreso era la limitación del poder a la capacidad y virtud de los
gobernantes, a la nueva fe de que no hay límites a la capacidad de los hombres
para gobernar a otros y que, por lo tanto, no se debe poner limitación a los
gobiernos».
O sea, que alcanzado el poder no hay límites al mismo.
Veamos a los narcogobernantes de Venezuela, Colombia, Cuba que arruinan las
naciones pero mantienen el poder. A los estatistas argentinos que han arruinado a sus ciudadanos con una inflación del 115% anual (que genios). Veamos a los expansionistas rusos y chinos. Y
más de cerca a nuestro delincuente floreado en su asalto a la independencia de los
jueces y en su intento, junto con los nacionalistas, de quebrar la Constitución
para aferrarse al poder.
Lo dicho, estatismo frente a liberalismo. El correligionario y asesor de Javier Milei, el profesor de economía Alberto Benegas Lynch define muy acertadamente: "El liberalismo es el respeto sin restricciones al proyecto de vida del prójimo basado en el principio de no agresión, en defensa de la vida, la libertad y la propiedad". Definición que corean a voz en grito los asistentes a los mítines de Milei. Ellos, los no liberales, anteponen unos supuestos derechos colectivos a los derechos del hombre y con la usurpación del poder nos hacen retroceder a las sociedades del Antiguo Régimen previas a la revolución francesa. El socialismo estatista, tal y como lo vemos hoy, está más cerca del “Rey Sol” y de planteamientos como “todo para el pueblo pero sin el pueblo” o “el estado soy yo. El ancien régime frente a la Declaración Universal de los Derechos del Hombre.
Luis XIV El Rey Sol o Pedro Sánchez
También conviene advertir de que tenemos en España y en otros países a unos supuestos políticos de “derechas” que lejos de ser liberales no son más que unos buenos gestores del fracasado modelo socialdemócrata. Pero, eso no es liberalismo, es ausencia de ideología y falta de ganas para defender derechos fundamentales como la propiedad.
Vamos a volver con el que puede ser el próximo presidente de
Argentina y esperanza para Hispanoamérica. Otro día hablaremos de la reducción
del peso del estado, la bajada de impuestos, la disminución drástica del gasto
público o la libertad de los mercados. Vamos a terminar con unas declaraciones
suyas sobre la identidad de género que mejoran mucho con acento argentino….. ”querés
percibirte de lo que quieras, percíbete. Te quieres percibir como un puma selo, a mí me da lo mismo con tal de que no
me hagas pagar la cuenta. Te quieres autopercibir como un puma háselo yo no tengo problema y te diré la
puma o el puma, pero no me lo impongas por el estado, no le estés robando guita
a la gente para imponerle las ideas de otro”
José Antonio
García-Albi.
https://www.youtube.com/watch?v=YGasOEBC2EM
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