FARSA Y COMEDIA DE LA ALCALDESA CASTIZA (Cap -2)


FARSA Y COMEDIA DE LA ALCALDESA CASTIZA (Cap -2)

Para continuar con la fantástica historia de la alcaldesa de Fuente Seca hay primero que realizar una aclaración. La palabra castiza se puede utilizar con dos significados. El primero y más popular hace referencia a esa personalidad alegre, folclórica, madrileña como las chulapas y el chotis. Y el segundo para definir a una persona que pertenece a una casta. Es evidente que dado que Doña Arrogancia Perpetua  era más triste que un luto y que se consideraba a sí misma como perteneciente a una suerte de realeza, utilizamos la palabra en este sentido; castiza de casta.

Si en la infancia estuvo apasionada y le marcó  la peli de Alicia en el País de Las Maravillas, fue 55 Días en Pekín, con Charlton Heston, la que ocupó su adolescencia. Pero no por la presencia del apuesto actor americano, no. El personaje que le maravillaba era aquella emperatriz de la China que habitaba en el palacio de la Ciudad Prohibida  y que con unas enormes uñas postizas pasaba horas y horas sentada en un  gran trono ubicado en una enorme sala y sin hacer nada.

De modo que debido a esa influencia Doña Arrogancia Perpetua a veces le daba por pasar horas y horas, quieta, inmovil, en un butacón de su residencia del barrio alto, el rico, pensando que este era algo así como su ciudad prohibida. Eran tantas y tan largas las horas de ensimismamiento que a veces alguien tenía que mover una mano por delante de sus ojos para ver si parpadeaba.

En la primera parte de su larga regencia aún había bastantes ovejas en el pueblo, algo muy habitual en la Castilla del cordero. Un día al salir de uno de sus letargos alguien le habló de un libro llamado Fuenteovejuna y quiso apuntarse a la fama del municipio cordobés asumiendo para su pueblo ese nombre, el de Fuente de ovejas. Eso hasta que se enteró que en ese libro el pueblo se deshace del cruel y tirano comendador. De modo que aparcó la idea al tiempo que pedía que cortasen la cabeza a ese tal Lope de Vega.

Pero no quiso su excelencia abandonar el mundo ovino. Algo tenía que sacar de ahí toda vez que lo idea del nombre de una obra de teatro había fracasado.  Los pastores eran gente humilde por lo que por ahí no podían ir los tiros. ¡Ah! Pero tienen unos perros muy eficientes y bondadosos. De modo que vamos a ocuparnos de los perros de los pastores. ¿Qué hizo? Pues dictó una Real Orden diciendo que para reflejar la utilidad de tan afables animales quedaba terminantemente prohibido en su reino llamar a los bocadillos de salchichas PERRITOS CALIENTES. ¡Qué deshonor para los canes! Dado que Doña Arrogancia Perpetua tenía mucha manía a los gatos, a partir de esa fecha en Fuente Seca los bocadillos de salchichas se llamarán GATITOS CALIENTES. “Y como no se cumpla la orden rodarán cabezas” sentenció.

Bueno ya sabemos que a la castiza regidora no le gustaban los cuartos de baño con puerta. Hemos visto que tenía manía a los gatos pero hay una cosa más que no le gustaban nada de nada; las plantas  y las flores. Decía “donde esté una buena cantidad de cemento”. De modo que nada de esquinas, parques, plazas o calles con alegres y bonitos coloridos.

Vamos que con una fuente sin agua, seca, con las calles y plazas sin plantas ni flores, con una alcaldesa que era un luto y sin poder comer perritos calientes el panorama era desolador. Como decía Sabina “más triste que un torero al otro lado del telón de acero”

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José Antonio García - Albi





 

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