A VUELTAS CON EL POPULISMO
Derribo del Muro de Berlín
A
VUELTAS CON EL POPULISMO
Todos celebramos y seguimos celebrando que en
noviembre del 1989 la caída del muro de Berlín; hace ahora 35 años. Aunque previamente el llamado telón de acero
se había ido desmantelando, comenzando por Polonia a principio de los 80, la
caída del muro tenía y tiene una significación, una mitología propia y
específica al representar el fin del comunismo; salvo en Cuba, Corea del Norte
y China.
Hoy podemos aplicar cierta perspectiva histórica y
constatamos que, en cierto modo, el muro encerraba a los
ciudadanos alemanes, pero también nos protegía a nosotros. Funcionó como un
parapeto mental e intelectual en los países occidentales. Representaba lo que
nuestras sociedades no querían ser de ninguna de las maneras; la población
identificaba aquel socialismo como algo negativo. Era, el muro, una suerte de
profilaxis para la mentalidad occidental de la que ahora carecemos.
Confieso que llevo bastante tiempo intentando saber el
significado y el origen de la palabra “populismo” o “populismos”. Saber de dónde viene, cuál es su origen
académico y significación; no tenía fundamentos empíricos y conocimientos para usar esa palabra con exactidud y corrección. Por fin lo he averiguado y me he quedado terriblemente preocupado.
La pareja de profesores de la Universidad de Essex Ernesto Laclau y Chantal Mouffe publicaron en 1985 el libro Hegemonía y estrategia socialista; y ahí
comenzó todo. Profundizando te percatas de que el populismo no pasa de ser lo que que proponen,
una mera estrategia socialista basada
en las ideas y pensamiento de Antonio Gramsci, el teórico marxista italiano
cofundador del PCI en el año 1921, y que el matrimonio Laclau reactivó y promovió en forma de populismo. Tienen especial importancia en la estrategia socialista actual las ideas del italiano en lo que a educación y batalla cultural se refiere. De
modo que la clave del populismo es “crear una nueva clase de personas explotadas”.
De toda esa deriva viene otro libro de Laclau llamado directamente y sin
disimulos La razón populista (2005).
Y en 2018, su viuda Chantal Mouffe con claridad meridiana publicó Por un populismo de Izquierdas, el título lo deja claro. Hay que
decir que el matrimonio y sus libros son los pilares fundamentales de los
Kirchner, Hugo Chávez y Podemos.
La estrategia se basaba en la creación de grupos idenditarios enfrentando a unos buenos con otros que son los malos, y donde los buenos son los oprimidos. Así que unos se identifican como víctimas del machismo, otros como víctimas del racismo, de la homofobia, etc. De modo que hay que luchar contra los machistas, los xenófobos, los negacionistas y todas esas peligrosas tonterías y encasillamientos que vemos cada mañana. Identificarse con alguno de esos grupos lleva implícita una razón de pertenencia.
La estrategia era ir creando partidos con esos grupos
identitarios, como así ha ocurrido, e ir accediendo al poder para colonizarlo. Pedro Sánchez ha adoptado esa estrategia y hasta el
francés sin ideología definida, Macrón, se ofreció como alternativa
política junto al siniestro Mélenchon.
También han llegado al poder en Reino Unido y hemos podido ver lo ocurrido en EEUU con el wokismo del Partido Demócrata. Una de las maldades de este nuevo
socialismo de grupos es que está dispuesto a hacer scraches, agresiones, campañas
difamatorias (caso Ayuso) etc. Y la prueba de que no se
trata de ideología, de esquema de valores, sino de estrategia y marketing, es que ellos
en privado actúan de forma contraria a lo que predican, veamos a Sánchulo y sus robos, a Pablo Iglesias o al presunto depredador sexual Errejón. Y hablando de este
sujeto se me ponen los pelos como escarpias al saber que ha escrito sobre lo
“nacional-popular”. Si el populismo es una estrategia socialista, lo “nacional
- popular” será el nacional –socialismo.
Algo que ya conocimos. Y ¡ojo! Que en eso ya está en nuestro gobierno, su partido y
sus socios de Podemos, Sumar, ERC y Bildu.
En fin que tenemos que el comunismo o socialismo del S XXI se
establece por medio de dos vías. Una la estrategia llamada populismo, de dar
una batalla cultural creaando artificialmente grupos de ofendiditos a los que defender de la opresión de la
sociedad. Y por otro lado se implementa por vía fiscal. Mediante sistemas
impositivos extractivos y confiscatorios que atentan contra la propiedad
privada. Pues es lo que nos ocurre en España con PSOE y sus socios, como desea Mélenchon que suceda en Francia, como pasa en
Venezuela, como ahora en Gran Bretaña con las políticas de Stramer y tal como le
ocurría a Argentina hasta la feliz llegada de Javier Milei.
Llegados a este punto es razonable preguntarse si esto lo
sabe el Partido Popular. ¿A qué se dedica el Partido Popular en este escenario?
Pues parece que ha bailar al son del
populismo socialista, a servir de sparring
de esa estrategia; tal vez estén dejando de ser “populares” para
pasar a ser populistas, como ya predijo Von Misses hace años. ¡Qué espectáculo ayer en Barcelona! El jefe del
PP Alberto Núñez con la UGT dispuesto a un
banquete de gambas.
Un PP que contribuye
al destrozo de nuestros campos y montes por medio de la instalación de
putadas solares y eólicas con tal de que no le llamen negacionista; participando
de esa filfa del cambio del clima climático con la que nos oprime, la psicópata
Teresa Ribera. Que gasta dinero de Juntas y Ayuntamientos en propaganda contra un machismo que dejó de existir hace
mucho tiempo. Que no divulga cuál es su posición ante la abolición de la
propiedad privada que supone la acción de los colectivos ocupas. Un PP que no
sabe qué hacer ante la inmigración ilegal (no, ante la legal). Que no se
manifiesta frente al otro pilar de los nacional-socialistas, el control y la
manipulación de la educación. Ni tampoco realiza pedagogía con los efectos
beneficiosos que tendría una fuerte relajación
de la presión fiscal y de un aumento de la renta disponible de
ciudadanos y empresas no sólo en términos económicos, también en el aumento de
la libertad personal.
De brazos caídos frente a la estrategia del socialismo
populista de crear una artificial batalla cultural tal y como ya dijo Gramsci
hace unos cien años. La inacción que les está llevando a convertirse en
populistas, y no precisamente populares, véase a la Úrsula Von der Layen y sus
amigos Sánchulo y Ribera. El necesario regreso a la ideología, a la ideología
rabiosamente liberal, para dar la batalla cultural es lo que ha hecho Javier
Milei en Argentina y lleva camino de ganar, no la batalla, la guerra entera
para convertir Argentina, usando sus propias palabras, “en el país más libre del mundo”. Y es lo que deberíamos
hacer todos nosotros aquí.
José Antonio
García-Albi
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