¿ ES TRUMP EL PISTOLERO MALO?


 TRUMP ¿ ES EL PISTOLERO MALO?

Porque ya todo es digital, que  si no estaríamos diciendo que corren ríos de tinta china sobre la política fiscal y arancelaria que quiere imponer Trump. Como en todo, menos en el humor, antes de comenzar con exageraciones e histerismos merece la pena poner un poco de reflexión.

Primero hay que decir que un arancel por sí mismo no nos indica nada concreto. Como en el poema de José Agustín Goytisolo, “Un hombre solo, una mujer / así tomados de uno en uno / son como polvo, no son nada”. Por lo que antes de actuar como socialista loro repitiendo un pequeño slogan hay que hacer algunas matizaciones.

Hay ocasiones en las que un arancel puede suponer una medida para dotar de libertad y liberalismo a un mercado que por alguna causa se ha visto alterado en su equilibrio competitivo. Por ejemplo, pensemos en un grupo de países que subvencionan fuertemente a algunos de sus productores, por lo que los productos de los países vecinos no pueden competir en igualdad de condiciones con aquellos productos subvencionados; el arancel puede equilibrar la situación Por lo tanto la palabra arancel, por si sola, es como polvo, se debe analizar caso a caso. Eso lo sabía Obama que se quedó satisfecho poniéndolos

En el caso de Trump, entre otras muchas, hay dos cuestiones fundamentales. Una de ellas es que dice que los productos norteamericanos cuando se venden en terceros países se ven penalizados con un IVA, mientras que los productos de esos terceros países cuando se venden en USA no sufren ninguna penalización. Lo que está haciendo el presidente norteamericano es promover un cambio fiscal a alto nivel internacional; casi en el mundo entero.  Como en todo conviene analizar esa propuesta antes de ponerse a dar patadas; igual es positiva.

Sobre esto hay que decir primero que  lo afirmado es cierto, pero también es verdad que esos impuestos indirectos penalizan a todos los productos por igual, se hayan fabricado en el propio país o en cualquier otro del mundo, por lo que no se produce ninguna situación de desigualdad o de favoritismo de unos sobre otros. Digamos que los mercados internos de los países distintos a EEUU operan en condiciones de equilibrio e igualdad. Y el resto de los países  lo hacen en Estado Unido en régimen de igualdad competitiva aparente.

Pero el astuto y avispado Donald está apuntando con su “Winchester” a otra cuestión. Está pensando en que mientras que sus productos americanos  contribuyen a aumentar los ingresos fiscales de otros países y a reducir sus déficits fiscales, los importados por EEUU de terceros países no generan ingresos a las arcas USA y en el caso de que así lo hicieran podrían rebajar aún más los impuestos a sus ciudadanos norteamericanos. Desde este punto de vista parece una medida plenamente liberal.

Sentado lo anterior hay otro elemento muy influyente en la cuestión de los aranceles como son las balanzas comerciales. Es decir si un país vende a USA más de lo que le compra. En el caso de España estamos muy empatados, por lo que los aranceles de Trump no se crean por nuestra causa o con un objetivo de apuntar contra España exclusivamente.


El déficit de la balanza comercial de Estado Unidos con China, no solamente es desproporcionado, es que además es creciente. Conviene explicar por otra parte, que la balanza comercial de China CON TODO EL MUNDO creció en su superávit de forma muy especial con el COVID. Es muy sospechoso que el virus salga de China, la OMS parezca un aliado del  Partido Comunista Chino y que encima hagan el negocio de su historia vendiendo a todo el mundo que se encontraba paralizado, además de sospechoso suena a repugnante.

Volviendo a las balanzas comerciales y a los aranceles. No parece descabellado pensar que el presidente estadounidense, su gabinete y asesores, puedan concluir que las disparatadas políticas europeas, en distintos aspectos,  estén beneficiando a China y, por lo tanto, perjudicando a los americanos que se enfrentan con un competidor que juega con la ventaja que indirectamente le proporciona Europa. Si los aranceles están para equilibrar, evitar posiciones de superioridad y ventaja, para que los mercados libres funciones en términos de igualdad de competencias, no parece extraño que los americanos quieran pelear por un mercado mundial en situación de igualdad y para eso Europa tiene que abandonar dogmatismos disparatados, hiper regulación, liberalizar mercados internos y no regalar competitividad a China. Incido sobre esto, no regalar competitividad a China que, a la postre, perjudica a nuestro aliado americano y a nosotros mismos.

Termino diciendo que las políticas europeas y nuestro extractivo sistema fiscal son las que directamente perjudican a nuestra agricultura, a todo nuestro sector primario, a nuestra industria (véase el cierre Guardian Glass, el ERE de Arcelor Mittal para todo al año, etc.)  y a nuestra naturaleza, flora, fauna y paisaje y a todos nosotros. No se ve la mano de Trump por ningún lado.

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José Antonio García -Albi

 

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