¿QUIÉN TIENE NUESTRO FUTURO?
¿QUIÉN TIENE NUESTRO FUTURO?
España vive unos de los peores momentos desde la
Restauración en 1876, si exceptuamos lo acontecido en la II República y la
guerra civil claro. Vemos a los nacionalismos alcanzar sus objetivos en pos de la
destrucción de España y de la perpetuación de sus dictaduras nacionalistas. Y
tenemos en Madrid un gobierno central
compuesto por elementos del partido más perjudicial para la Nación en
toda esa historia y que lleva sin parar de delinquir desde su fundación. Hoy
tiene al frente al dictador más abyecto e ilegal que podíamos imaginar. Aquel
que puso una urna tras una cortina para hacer trampa en su elección y que, a
partir de ahí, la corrupción y el delito no ha parado de crecer en derredor. No
quiero ocupar toda la extensión de este artículo con un listado interminable de
acciones inmorales y delictivas socialistas a lo largo y ancho de la geografía
nacional, de norte a sur y de este a oeste, islas incluidas, son de todos conocidas. Ahora también
sabemos que además de lo anterior también utilizan prácticas stalinistas para,
por ejemplo, realizar purgas en La Guardia Civil, la fiscalía o la judicatura.
Pero además sus decisiones políticas están más cerca del comunismo que de la
democracia; así se ha cargado la separación de poderes, el parlamentarismo, la
objetiva neutralidad de la fiscalía y ha pasado al estado empresas bien de
facto o bien mediante la nacionalización de sus decisiones empresariales y
corporativas. Han apartado al Rey y a la democracia.
Y ante este lamentable panorama es lógico preguntarse ¿y
enfrente, frente al dictador, quién hay? Triste respuesta, no hay casi nadie.
Podemos seguir con el cuestionario de este modo, ¿Quién es Alberto Núñez
Feijoo?
Pues Núñez es un ectoplasma de un político, una emanación
visible pero etérea, no es física, no tiene materia. Eso explica que con todo
lo ocurrido no haya podido levantarse para presentar de inmediato una moción de
censura con un único punto en su programa de gobierno, la inmediata
convocatoria de elecciones generales. Una moción que ponga a los socios de
Sánchez PNV y Junts, ante todo su electorado, en la tesitura de tener que
elegir entre elecciones o el stalinismo. Si optasen por esto último tendrían que explicar muchas cosas en sus territorios y los ciudadanos nos percataríamos de que la situación es mucho, pero mucho, más grave de lo que pensamos. Además Núñez tendría la ocasión de
usar el Congreso para lo que debe servir, hacer parlamentarismo ante toda
España y no representar esas óperas bufas en las que el dictador ha convertido
las sesiones de control al gobierno. Advertir a los Españoles, que un síntoma
del comunismo, además de las prácticas antedichas, es colocar a los propios
enchufados por todas partes para expulsar a los ajenos y apropiarse de todo, de todo; lo
estamos viendo. ¡Ah! y de paso, Núñez saldría un poco en la tele.
Necesitamos de un potente liderazgo para llevar a cabo las
profundas reformas precisas para, si conseguimos impedir que el socialismo
sanchista se perpetúe, evitar que esto vuelva a ocurrir. Lamentablemente ese liderazgo no lo puede
encarnar un ectoplasma. Ya lo vimos en las últimas elecciones de julio del 2023
en cuya campaña deambuló como alma errante por el bosque de las ánimas, destacó por no hacerse visible en
un debate electoral televisivo y nos regaló otra legislatura socialista. ¡Un
genio! ¡Gran líder!
Este hombre, al frente del PP, no se percata de que dar mas tiempo a Sánchez y dejar que siga adelante con su reforma de la Le y de Enjuiciamiento, significa que si las instrucciones judiciales se ceden a la fiscalía y no a jueces independientes, antes de las próximas elecciones habrán imputados con falsedades a Feijoo, Ayuso y a Abascal.
Si el jefe (que no líder) del PP se diera prisa en presentar
una moción de censura y fuera hábil para ganarla y convocar rápidamente elecciones,
podría dar utilidad al congreso de su partido que se celebrará en Madrid a
principios de Julio. Aprovecharlo para definir un programa electoral con el que
presentarse a las mismas. Pero un proyecto con ambición reformista, con un
fuerte calado ideológico, con capacidad de ser el arma, la herramienta, con la
que liderar la necesaria batalla cultural e ideológica que España necesita con
urgencia.
Pero no, no ocurrirá, veremos algo parecido al juego de las sillas al que jugábamos cuando niños y nos tendremos que ir a dar un paseo por el campo o junto al mar al ver, decepcionados y cabreados, que la famosa “ponencia política” del Partido Popular sólo ofrece más de lo mismo. Que se trata de un flojo manifiesto de adhesión al fracaso de la socialdemocracia inservible para ilusionar a nadie.
No, no va a ser el ectoplasma Alberto Núñez Feijoo el que
nos libre del partido más delictivo, ese que lleva el ilícito penal en su ADN,
el más dañino para España de toda
nuestra historia. No hemos terminado con esa organización de horror en 146 años
y ya es hora de que los ciudadanos nos pongamos las pilas y acabemos con el
PSOE para siempre; eso sí en las urnas. Y para eso necesitamos elecciones, no
al ectoplasma de un espíritu. Nuestro futuro lo tenemos los españoles en
nuestras manos; no en las de Feijoo
Si te preocupa nuestro futuro,
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José Antonio García-Albi
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